23 de marzo de 2007

Nota Karmagedon

Si desde el título Karmagedón se anuncia la probable destrucción del planeta, desde la tapa, Attaque 77 se ancla en su temática habitual: urbana, porteña y claustrofóbica. Sobre todo, gracias a la foto aérea de autopistas colapsadas que, casi, reclaman el inminente Armagedón. Este nuevo disco, número 14 de la banda, mantiene la sucesión punk (musical y letrística) y se pasea por distintos sub-géneros. Hasta ahora, nada nuevo: la incursión en estilos diversos se remonta a su sexto disco, Amén. Aunque es en el último, Antihumano, cuando se hiper-potenció. Así, el devenir de Karmagedón: una intro lírica que da paso a la veta hardcore (Ejército de Salvación); un cuarteto como contrapartida cordobesa del tema Exodo Ska del disco anterior (Cartonero); un swing que parodia los trastornos psicólogicos de un chico bien (Horno). A riesgo de ser redundantes y, sobre todo, de saturar el mensaje de corrección política, la banda liderada por Ciro Pertusi dedica gran parte del disco a temas de sensibilidad social: los cartoneros ("qué paradoja que teniendo motivos de sobra para ir a robar/ al delito yo lo esquivo inventando trabajo donde no hay"), los políticos corruptos en el corte Buenos Aires en llamas ("De qué se ríe el tipo de los carteles/ candidato a gobernador/ secuestros, robos, muerte, inseguridad/ no da más la situación") y la violencia doméstica de la ramonera Vórtice ("tanto te golpearon/ mamá, papá y tu hermano"). Esta fue compuesta por los hermanos Pertusi (Ciro, junto a su hermano Federico, cantante de la banda en la primera época). "No soy consciente de inspirarme en nada, lo único que sé es que, cuando compongo una canción, le estoy hablando a alguien" decía Tom Verlaine (Televisión) sobre su fuente de inspiración. Ciro suele responder parecido cuando le atribuyen una musa a sus letras: las noticias diarias (que, aquí, priman). Lo cierto es que en Karmagedón, a pesar de "la humanidad que elige por instinto el camino del caos" (lema de las gacetillas que anuncian el disco), hay rabia pero, también, conmiseración. Sin embargo, el trabajo es más efectivo cuando, en lugar de apuntarle al establishment y a las grandes miserias humanas, se acuerda de las pequeñas (Plaza de perros, Matar Dragones, Horno). Y es en la veta punk pop, donde las letras se humedecen y se cuela la arista poética ("bajo la luna llena cualquier imperfección se rinde a su luz de esplendor", Ciudad Vacía). Entonces, ¿hay futuro? Sobre el final, Karmagedón se despega de aquella conocida premisa punk. Y habla de aprovechar cada ocasión porque "mi chance es hoy".