4 de abril de 2007

Conciencia Social,Ciro Pertusi y los suyos hacen oir las quejas y esperanzas de dos generaciones de punk-rockers.

Pasaron cuatro años desde Antihumano y la gan difucion de la balada Arrancacorazones, cancion que los volvio a depositar en territorios antes solo conquistados con Hacelo por Mi.
Con el anticipo que supuso el EP Pirotecnia autorizada editado en diciembre de 2006 el disco llega en un momento de plenitud de Attaque 77. Ya tienen estatura de clasico para dos generaciones de punnk-rockers y, desde ese lugar de privilegio, se permiten elevar la voz y sonar tracendentes, Karmagedon supone tambien una declaracion politica de las que no abundan en este periodo K del rock argentino. Hay un caracter moral, ademas, no suena pretencioso en las letras de estas 17 nuevas canciones y profundiza certeramente en el estado de animo de una nacion joven, incertidumbre, a veces, impotencia, en otros casos, esperanza, siempre vital. Y a todo volumen, como corresponde en esos casos.
El arranque del disco, una marcha western que suene como eletrocutada, pone las cosas en su lugar.
Ejercito de Salvacion pide por la paz, trabajo, dignidad justicia social a traves de una fabula de la mas reciente y sangriente historia de la Argentina. Se suceden luego las perdigonadas de una banda de rock en estado puro.
Cartonero es un trepidante cuartetazo punk y Bs As en Llamas homenajea a the Clash desde el titulo (una cita a London Burning) a la par que denuncia el caos de las grandes ciudades aquejadas de gigantismo: Bs As hoy sin ir mas lejos. Del resto sobresalen la balada con destino de FM multitarget Frente al Espejo (con culpa como protagonista) y el epico final que se articula entre Antorcha, Sangre y Chance tres apelaciones al coro multiturinario de un estadio.
A esta altura de su carrera un disco como este potencia su vitalidad y los ubica en un siguiente nivel de calidad de compocision e interpretacion. Pero mas importante que eso, es una posicion ventajosa para hacerse escuchar entre el ruido propio y ajeno.

Fuente: Rolling Stone.
Gracias Matias Rubio.